El grupo parlamentario Compromís ha presentado una proposición no de ley en Les Corts con la cual plantea fomentar desde la administración el uso de alternativas de índole no química a la herbicida glifosato en la agricultura y la jardinería.

Según explica la diputada de Compromís, Cristina Rodríguez, el glifosato es una sustancia activa ampliamente utilizada en herbicidas, introducido en el mercado de consumo en los años 70 del siglo pasado y comercializado a través de numerosos productos fitosanitarios (alrededor de 750 en todo el mundo) para su uso en la agricultura, silvicultura, jardinería y otras aplicaciones domésticas. En la actualidad, el glifosato participa en aproximadamente un 25% del mercado mundial de herbicidas.

Desde hace varios años se vienen denunciando los potenciales efectos perjudiciales del glifosato sobre la salud humana. Recientemente, en marzo de 2015, la Agencia para la Investigación sobre el Cáncer, dependiente de la Organización Mundial de la Salud, ha clasificado el glifosato como “probablemente cancerígeno para los seres humanos”. Esta clasificación se basa en una fuerte evidencia que es cancerígeno para los animales. Pero, además, se intuye que actúa como un disruptor endocrino y que es tóxico para la reproducción.

El uso de glifosato también provoca impactos sobre el medio ambiente, afecta a los otros seres vivos además de los humanos, contamina los suelos y el agua. Según Greenpeace, “hay evidencias científicas suficientes que demuestran que el glifosato tiene un impacto perjudicial sobre los organismos acuáticos, desde algas microscópicas hasta pescados y moluscos, pasando también por las ranas y sus renacuajos, pero también puede afectar a organismos del suelo, como los gusanos de tierra, fundamentales para mantener e incrementar la fertilidad del suelo”. Además, el uso del glifosato “impacta en la reducción generalizada de la diversidad y cantidad de especies y puede afectar seres vivos cruciales para la agricultura, como son los polinizadores, puesto que disminuye la diversidad y la oferta de alimento”.

Según señala Rodríguez “a comienzos de 2016 la Comisión Europea ha propuesto renovar la autorización del uso del glifosato durante 7 años más y solamente para el uso profesional, aunque la propuesta de renovación inicial había sido rechazada por la Comisión de Medio ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo, demostrando las serias preocupaciones sobre los riesgos que puede suponer el uso de esta sustancia a la Unión Europea”.

“Compartimos esta preocupación por el uso del glifosato y en ese sentido con la proposición que hemos presentado instamos el Consell a facilitar y apoyar las actuaciones en materia de investigación y transferencia tecnológica que otorgan prioridad al uso de alternativas de índole no química a la herbicida glifosato en la agricultura y la jardinería”.

“Del mismo modo –ha añadido la parlamentaria de Compromís- instamos a potenciar la formación para profesionales en materia de manejo de cultivos mediante alternativas no químicas y ecológicas a través del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA)”.

Finalmente Compromís también propone instar a la Comisión Europea a encargar una revisión independiente sobre las consecuencias del uso de la herbicida glifosato y a financiar soluciones alternativas a su uso para garantizar un elevado nivel de protección de la salud humana y animal, y el medio ambiente, dando prioridad a las alternativas no químicas y naturales.